En términos del contenido de vitamina C, comer un pimiento es como consumir un vaso de jugo de naranja: una taza de pimiento verde crudo picado contiene cerca del 200% de la ingesta diaria recomendada de vitamina C, y los pimientos rojos contienen más del 300%. Los pimientos contienen otros numerosos antioxidantes, particularmente vitamina A y ácido fólico. De hecho, 1 taza de pimiento rojo crudo picado provee casi la ingesta diaria recomendada de vitamina A. La vitamina A está vinculada al mantenimiento de la función de la retina y a la protección de los revestimientos de las mucosas del cuerpo, las cuales forman una barrera protectora contra una variedad de patógenos.

Destaca también por su alto contenido en betacaroteno (que al entrar en el organismo se transforma en vitamina A con sus consiguientes beneficios que hemos comentado anteriormente) y vitaminas del grupo B2 (además de vitamina E). Por ello, es ideal para prevenir la aparición de enfermedades degenerativas y crónicas.

Específicamente, el betacaroteno ayuda a prevenir el cáncer, las hemorragias cerebrales, las cataratas, y las enfermedades cardíacas.