Un buen desayuno incrementa la esperanza de vida

Un buen desayuno incrementa la esperanza de vida

Desayunar bien y de forma tranquila, alarga la vida. Definamos bien estos dos parámetros para que así puedas incrementar tu esperanza de vida en torno a un 2,5%, que son varias decenas de meses.

En el desayuno no pueden faltar los carbohidratos que son uno de los principales nutrientes en nuestra alimentación. Estos ayudan a proporcionar energía al cuerpo. Se pueden encontrar tres principales tipos de carbohidratos en los alimentos: azúcares, almidones y fibra. Y los encontraremos de la siguiente forma:

Los azúcares se presentan de manera natural en estos alimentos ricos en nutrientes:

  • Frutas
  • Leche y productos lácteos
  • Arroz integral, la avena, la cebada y la quinoa

Los almidones, y siguiendo los hábitos mediterráneos, los encontramos en los granos refinados, como los que se encuentran en los productos de panadería, el pan blanco, las galletas saladas, el pan blanco, las galletas saladas y el arroz blanco.

Los alimentos con contenido alto de fibra incluyen:

  • Granos integrales, como el trigo entero y el arroz integral, así como panes, cereales y galletas saladas preparadas a base de granos integrales
  • Judías y legumbres, como las judías negras, las alubias y los garbanzos
  • Verduras como el brócoli, las coles de Bruselas y el maíz
  • Frutas como las frambuesas, las peras, las manzanas, los higos y los arándanos
  • Nueces y frutos secos

Lo mejor es obtener la mayoría de sus carbohidratos de alimentos integrales. Además de las calorías, los alimentos integrales suministran vitaminas, minerales y fibra.

Un desayuno completo debe incluir fruta para comer por la mañana y a ser posible el pomelo, fantástico por su sabor ácido y sus propiedades quema grasa. El pan con semillas o integral tostado es delicioso, y no debemos olvidarnos de la leche o el yogur.

No podemos olvidarnos de los clásicos té y café. Debemos saber que contienen cafeína, por lo que deben ser consumidos con moderación, tomando no más de dos tazas al día. Si queremos, podemos consumir las versiones descafeinadas u otros preparados a base de cereales con similar sabor al café, como la malta o la achicoria.
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