Nadar para alargar la vida
Cada día miles de personas se lanzan al mar a saborearlo, a disfrutarlo y a gozarlo. Una de estas prácticas es el nadar en aguas abiertas. La sensación de tal experiencia es única, conmovedora y mágica a la vez. Es como si una luz se apoderase de tu cuerpo y mente y recorre cada ángulo para llevarte a un mundo de relajación y paz. Dicen los que lo practican que es posiblemente uno de los mejores momentos del día, donde se toman las mejores decisiones, tanto personales como profesionales por el gran sosiego del momento.
Lo hemos querido probar y nos ha enamorado tal experiencia que ya no lo queremos dejar. Para los emprendedores, es una situación de control, confianza y disfrute de una actividad que te refuerza la capacidad profesional, te hace más feliz y te permite crecer en retos, horizontes y proyectos. Además se hace deporte, te pones guapo y alargas la esperanza de vida.
Nadar en aguas abiertas no es fácil. Encontrarse en medio del mar y pensar que te puede pasar algo, “atacar o morder” un pez (lo cual es impensable en nuestro país, pero la mente es capaz de imaginar todo tipo de monstruos y sucesos). Por eso, lanzarse al mar en plena temporada de primavera y con las aguas todavía frías es un reto que no todos se atreven a realizarlo. Es más, cuando se les ve con su neopreno y cruzando el litoral, más de uno debe pensar que no están en su sano juicio.
Además el estar en remojo en el mar (o en un lago) te proporciona un más que seguro descanso a la hora de dormir (como un verdadero ángel). Pruébalo y te quedarás prendado de tal actividad …ahora nos vamos a nadar!!!